martes, 31 de diciembre de 2013

LAS PIRÁMIDES ( ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA ) SUS ESPIRITUS

                                                   
                                                  

El Antiguo Egipto fascina tanto a los turistas como a los científicos porque lejos de las a sépticas cifras y datos que suministra la arqueología, se vislumbra una cultura misteriosa como ninguna, capaz de trabajar con técnicas que aún se desconocen, quién sabe si fruto de sus contactos con seres procedentes de otros niveles de la realidad, tal y como muchos sugieren.

Son numerosos los historiadores que desde la antigüedad han referido la presencia de entes custodios, de formas cuya luminiscencia irradiaba en la oscuridad de la noche y de objetos cuya transparencia dejaba ver tras ellos las pirámides de las que procedían.
Podemos encontrar narraciones de este tipo en la biblioteca del Museo de El Cairo, sobre todo en los volúmenes de las llamadas Leyendas árabes, recogidas en los siglos VIII al XV, procedentes de informaciones transmitidas oralmente, generación tras generación, y que se remontan al propio nacimiento de la civilización faraónica. Rodeadas de ese halo mágico que caracteriza la literatura oriental, entre líneas ofrecen datos reveladores. Son las lagunas cuya sola presencia aterra, porque su estudio nos lleva a plantear otras bases distintas a las que, hoy por hoy, sustentan la historia.
El 8 de enero de 1897, el Instituto Egipcio recibió una carta firmada por William Groff, que había sido redactada en los siguientes términos: "Hace unas semanas, tuve la ocasión de pasar la noche en el desierto de Giza con nuestro vicepresidente, el doctor Abate Bajá. Por la tarde observamos una luz que parecía girar lentamente alrededor de la tercera pirámide, más o menos a la mitad de su altura; era como una pequeña llama que daba la impresión de rodear tres veces la pirámide, después de lo cual desapareció.
Vigilé atentamente esta pirámide durante buena parte de la noche. Hacia las once, volví a ver otra luz; esta vez era de color azul pálido; ascendió lentamente, casi en línea recta, y al llegar a cierta altura sobre la cúspide de la pirámide, desapareció, extinguiéndose. He pasado muchas noches en el desierto cerca de las pirámides de Giza, y he visto alrededor de ellas luces, aunque al principio no me planteé cuál era su origen.
Luego fui prestando mayor atención al asunto e hice algunas averiguaciones; la primera de ellas, que estas luces no se ven con mucha frecuencia. Sospecho que son debidas a emanaciones procedentes del interior de la pirámide. Este aire es más cálido que la atmósfera del desierto provocando corrientes térmicas que arrastran consigo esas emanaciones, que son - o se vuelven- luminosas".
La tesis de Groff y del Abate Bajá dista mucho de explicar el fenómeno, ya que, en primer lugar, las pirámides son herméticas y no permiten corrientes de aire, como cualquiera puede comprobar, motivo por el cual se han tenido que realizar trabajos que permitan renovar el aire en su interior.
En segundo término, nos enfrentamos al problema de interpretar por qué estas luces suben, bajan o dan varias vueltas a las pirámides. La parte positiva es que su exposición nada tiene que ver con una posible sugestión producida por el lugar y los monumentos que produciría la visión subjetiva de cierto tipo de espectros, lo que da veracidad a la narración.
La aparición de estas luces es un hecho constatado pudiendo incluso fotografiarse. Los documentos gráficos no ofrecen dudas. Egipto y, en especial, las pirámides de Giza guardan el secreto de luces que surcan la noche o que aparecen en cualquier sala de los templos para asombro de quien las contempla. Como Groff, se puede jugar con hipótesis que justifiquen su presencia.
La energía piramidal, tan veraz como desconocida, podría tener parte de culpa. Las fotografías realizadas con película infrarroja muestran una especie de llamarada de color verde que sale por el ápice de pirámides hechas a escala, de un modo y con una tonalidad que pueden apreciar los videntes.
Pero, de todas formas, la energía debería quedar únicamente en esas manifestaciones. El problema es que estos fenómenos lumínicos en muchas ocasiones parecen tener vida propia, con comportamientos inteligentes y acompañando a otros tipos de manifestaciones de más compleja explicación.
El investigador Emilio Bourgón ha comprobado varias veces la presencia de una pequeña esfera luminosa de color rojizo en el templo de Ramsés II de Abu Simbel. Dicha bola aparecía súbitamente, siempre en ocasiones precisas y relacionadas con la sanación. Es en este templo donde se produce anualmente el llamado "Milagro del Sol".
Todos los días 21 de octubre, el del nacimiento de Ra, y únicamente en esta fecha, el sol del amanecer incide exactamente en la puerta del templo para llegar con su luz al Sancta Sanctorum, una capilla que alberga al faraón divinizado, a los dioses Osiris, Horus y Ptah. La luz se va desplazando en un espectáculo extraordinario e ilumina a los tres primeros, pero nunca al dios Ptah. Pues éste es el dios de la oscuridad, el dios de los antepasados del antiguo Aha Men ptah, el Amenti.
Flanqueando esta capilla, a derecha e izquierda, hay otras dos de reducidas dimensiones. En su interior no hay nada, ni relieves ni jeroglíficos, lo que en principio resulta raro, pues todo el templo se halla perfectamente decorado y esculpido. Un examen más detallado indica todo lo contrario. El pasado verano pudimos visitar el templo en dos ocasiones. En la primera, realicé un hallazgo que sugiere la existencia de un tipo de información subliminal. El descubrimiento fue puramente casual, al relajar la vista en un momento determinado.
El no mirar a un punto concreto me permitió ver algo que en condiciones normales no habría sido perceptible. Seguro que todos conocen los ejercicios de vista propuestos en libros como El ojo mágico; es decir, la mirada se desenfoca hasta conseguir visualizar en un dibujo abstracto de dos dimensiones otras figuras que aparecen en tres dimensiones. En las cámaras anexas a la principal del templo aparecieron de esta forma figuras y dibujos insospechados hasta entonces.
En la capilla de la derecha pudimos distinguir claramente una gran calavera que dominaba todo el conjunto. Por otro lado veíamos líneas que simulaban un mar embravecido sobre el que se hundía un gran barco cuyos tripulantes saltaban por la borda podría sugerir una relación de los dibujos con la desaparición de la Atlántida, de la que, según algunos, Ptah era su dios.
En la capilla visualizamos unos dibujos concéntricos que se hundían hacia el infinito. Precisamente de esa en otras ocasiones se había Una vez ante un hombre sufría un ataque de ciática, se curó al momento. En otra ocasión, la beneficiada fue una turista que acababa de hacerse en un pie un profundo corte del que manaba abundante hemorragia.
La bola luminosa envolvió el pie herido y, ante el estupor de los presentes, el corte cerró inmediatamente sin que quedara cicatriz visible. El hecho de que el fenómeno se produzca en raras ocasiones, de la misma manera y con los mismos fines, es un gran misterio añadido al bienestar psicofísico que produce la meditación en ese templo.
Sin duda, los antiguos egipcios lo sabían, pues sobre el dintel de la entrada a esta capilla dejaron representada una bola roja con dos extrañas nervaduras serpenteantes a los lados. Aparentemente, es un sol alado sin terminar de esculpir, pero los soles se representan en amarillo, y no en rojo. En cualquier caso, la esfera vibra y vuela. Quién sabe si el propio Ramsés II propiciaba su existencia.





miércoles, 25 de diciembre de 2013

ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA ( LA MALDICIÓN DEL FARAÓN )

                         


El 4 de Noviembre de 1922, el arqueólogo británico Howard carter y su equipo, explorando el Valle de Los Reyes , encontraron una zanja excavada en la roca en forma de escalera. Al final de esta, una puerta sellada y cerrada impedía el paso. Tras siete años de trabajo, el equipo de Carter, financiado por Lord Carnarvon, logró encontrar la tumba del faraón Tutankamón. La momia estaba oculta en varios sarcófagos introducidos, y a su vez en cuatro ataúdes cerrados y con un sello que llevaba el nombre del faraón. El cuerpo en vuelto en vendas de lino estaba rodeado de innumerables joyas y amuletos, restos de plantas y flores. Las sucesivas autopsias y pruebas realizadas a la momia ( radiografías, TAC, etc... ) revelaron que se trataba de un joven de entre 18 y 19 años que había muerto de un golpe que le fracturó el cráneo.
este dato hacía suponer que había sido asesinado.
cuentan los egipcios que en la tumba de tutakamon había un jeroglífico que vaticinaba lo siguiente: la muerte
golpeará a aquel que turbe el reposo del faraón. En los años posteriores al hallazgo de esta tumba se sucedieron una serie de desgracias aparentemente inexplicables.
Lord Carnarvon murió a consecuencia de la picadura de un mosquito y también la enfermera que lo atendía; poco después falleció el hermano de Carnarvon. Unos años mas tarde morirían su secretario y el padre de este, que poseía una jarra de alabastro procedente de la tumba.
Diversos estudios científicos han tratado de explicar las 26 muertes vinculadas al hallazgo arqueológico. para unos, las defunciones se debían a que se habían colocado materiales radiactivos ( uranio ) en las tumbas para provocar daños a los intrusos. Para otros, un hongo de los excrementos de murciélago era el causante de una grave enfermedad respiratoria. Un tercer grupo aseguró que sobre la momia se había esparcido veneno que, al ser inhalado, producía la muerte. Finalmente, el Dr. eldin Taha, de la Universidad de el Cairo, descubrio un hongo ( aspergilius niger ) que se desarrollaba en las momias y en los sepulcros y afectaba a las vías respiratorias. Tras revelar su hallazgo, sufrió un accidente de coche que le costó la vida. 
                                                

                       Museo de antropología. Medico-Forense, paleopatología y Criminalística. ( Adaptación )





sábado, 16 de noviembre de 2013

EL CADEJO

                                         


En las noches, a altas horas, cuando generalmente los hombres van de regreso para sus posadas, depuse de visitar a sus mujeres, un perro grande y fuerte, de color blanco, sigue a aquellos a poca distancia, custodiándolos, hasta dejarlos en sus casas.

Este perrote es el Cadejo, el amigo del hombre trasnochador; quien se siente garantizado cuando se da cuenta que es seguido por dicho animal. Todos los peligros desaparecen: el perro blanco lucha y vence siempre defendiendo al hombre.

Hay otro perro que deambula por las noches. Es grande y negro, con un collar blanco en la propia piel. Este es el Cadejo Malo. Es enemigo del trasnochador.

Apenas encuentra a este en su camino, se le abalanza, lo derriba, lo golpea, y lo deja maltrecho y sin sentido; pero no lo muerde. El tunante así agredido queda como insulso y dundo, tartamudo y se muere pronto. De este dicen que “lo jugó el Cadejo”.

También el Cadejo Bueno procede así con los tunantes si estos no quieren dejarse acompañar por aquel y le gritan y lo corren y le tiran piedras. Si yendo el Cadejo Blanco acompañando a un hombre, encuentra al Negro, se traba ente ambos cadejos una sangrienta y encarnizada lucha, hasta que cae vencido el Negro.

Los ojos de los Cadejos brillan muchísimo. “Parecen candelas” según el decir de los indios de Monimbó. El Cadejo no se cansa de caminar. Camina toda la noche hasta el amanecer en que desaparece.


viernes, 8 de noviembre de 2013

LA NIÑA DEL ACCIDENTE

                               



Una pareja vuelve a casa ya bien entrada la noche despues de haber estado en una fiesta en casa de unos amigos. Viven en un pueblo alejado de la ciudad y para llegar a él tienen que recorrer una carretera que atraviesa un bosque. Atravesando el bosque, ven que hay un coche estrellado. El coche se ha empotrado en un árbol pero al lado del coche hay una niña ensangrentada. Se detienen en el instante. La niña está muy pálida, debido al susto del accidente piensa la pareja y no llora ni nada. Cuando inspeccionan el interior del coche para que qué tal están los ocupantes, advierten que el piloto y el copiloto están muertos, pero no parece que sea por el accidente solamente, ya que tiene una especie de corte en el cuello.

Sospechando que los padres han sido asesinados por alguien y temiendo que esté cerca, meten a la niña corriendo en el coche y emprenden el viaje a toda velocidad hasta el pueblo, para avisar allí a la policía y que acuda al lugar de los hechos. La niña sigue sin hablar, debido suponen al estado de shock de todo lo que ha tenido que presenciar.
El conductor va a toda velocidad... está deseando llegar y sentirse a salvo... el silencio en el coche es inmenso. Cuando se gira para tranquilizar a su mujer, la encuentra con los ojos en el vacío, la boca abierta y la garganta cortada.... Mira por el retrovisor y ve a la pequeña chica sujetando un cuchillo lleno de sangre....

lunes, 28 de octubre de 2013

LOS NIÑOS DE ILLFURT

                                 


En 1864 una familia comenzó a tener lo que se pensó que eran manifestaciones demoníacas. Hoy hubiera sido puesto en duda por científicos y seguido con interés por la iglesia pero en aquella época, que tuvo una duración de cinco largos años, la vida era distinta. Tal era el ambiente que en 1867 se autorizó que se realizara un contundente exorcismo con las consiguientes complicaciones. A los críos "poseídos" se les llamó los endemoniados de Illfurt (Alsacia)
 Los dos crios protagonistas de esta historia eran hijos de los Burner, que tenían otros tres hijos. Los supuetos poseídos se llamaban Teobaldo y José, y apenas tenían 9 y 8 años respectivamente en 1864. 
Teobaldo dijo ver al menos treinta veces a un espíritu al que consideraba su maestro, pero no era un ser físicamente humano, sino una imagen con patas de gato, pezuñas de caballo, pico de pato y cuerpo de plumas. Al parecer el fantasma sobrevolaba al chiquillo amenazándole con estrangularle, y el niño, tratando de defenderse, le lanzaba y luchaba contra él ante los ojos atónitos de los espectadores que sólo le veían a él. Lo que hizo creer a los demás que la visión era real aunque ellos no pudieran verla, es que el chiquillo capturaba plumas del cuerpo de su visitante que luego los espectadores veían, tocaban, olían (echaban una peste fétida) e incluso trataban de quemar sin éxito. 
Las similitudes con otros exorcismos al menos calificados como tal fueron las siguientes: una voz hablaba desde ellos sin necesidad de que movieran su pequeña boca, una voz adulta, masculina, que soltaba improperios contra lo más sagrado (respetando únicamente a la Virgen), y se reía del efecto que sus poderes hacían sobre el personal, como inundar la habitación de un calor sofocante que era insoportable incluso en el más crudo invierno.
También producía en los cuerpecitos de los niños bultos terribles, con movimientos horrorosos haciendo de sus estómagos una visión traumática. Cuentan que se hinchaban hasta el límite y vomitaban espuma, musgo y plumas, cubriendo la habitación del olor fétido de las plumas sucias.
A veces unía las piernas de los chiquillos como si tuvieran cemento y nadie tenía la fuerza suficiente como para separarlas.
Tenían una rapidez nunca vista, y eran capaces de girarse en cuestión de segundos como si estuvieran accionados por un motor a propulsión, de forma que sus giros asustaban y sorprendían a la gente, y también demostraban momentos de rabia y enfado golpeando a destajo todo lo que había ante ellos, sin notar cansancio aunque se pasaran horas haciéndolo.
Los chiquillos hablaban y entendían todo tipo de lenguas, latín, inglés, francés, dialectos españoles... Además mostraban conocimiento de lo que pensaban los demás o descubrían dónde había objetos ocultos, o incluso se permitían el lujo de avisar de la muerte de alguien del pueblo con el consiguiente estupor de los familiares. También les hacían partícipes de acontecimientos pasados que todos desconocían. Para enojar a los espectadores solían descubrir sus más oscuros secretos poniéndolos en evidencia.
Los cuerpos poseídos reaccionaban ante el agua bendita con furor, y cuando la monja que les alimentaba dejaba caer un agota de agua bendita en sus platos desde otra habitación para no ser vista, los niños miraban el plato y se negaban a comer.
Además sus cuerpos, yacidos o sentados, se elevaban por manos invisibles.

domingo, 20 de octubre de 2013

EL PERRO DE SATANÁS

                               



EN UNA FÁBRICA DE MAR DE PLATA (ARGENTINA) SE SUCEDEN EXTRAÑOS SUCESOS QUE TIENEN EN VILO A LOS EMPLEADOS.

Se dice que hay una fábrica en un barrio precario en la ciudad de Mar de Plata, en Argentina, en la cual suceden muchos hechos extraños.
Detrás de la fábrica hay un descampado y muchas veces por la noche se suelen ver duendes o nenes que corren y desaparecen, y lo más tenebroso de todo viene ahora...
Esta fábrica reporta un desaparecido por año, especialmente entre los serenos que la vigilan. Por la noche, cuando el sereno cuida la fábrica, suele escuchar silbidos y hasta respiraciones cerca.
Una vez corrió el rumor de que uno de los empleados por la noche mientras vigilaba el lugar al sentir un gruñido se asomó por la ventana y vio un perro gigante, así como un caballo, y que no se va a olvidar nunca de los ojos rojos de este.
Dicen que el dueño hizo un pacto con el diablo y desde ahí nunca más le robaron, pero a cambio él debe entregar un alma por año, o sea la de un empleado.
Este perro es supuestamente una bestia enviada por el mismo Satanás para evitar los siniestros, dado que es un barrio extremadamente peligroso.

lunes, 30 de septiembre de 2013

EL HOMBRE LOBO

                                                 


UN JOVEN CONTEMPLA ATERRADO LOS EXTRAÑOS FENÓMENOS SUCEDIDOS DURANTE SU VISITA A UN PUEBLO DE ZAMORA CON MOTIVO DE UN ENTIERRO FAMILIAR.

Todo comenzó en el invierno de 1.993. Yo tenía 24 años y era una persona normal, joven y alegre. Había viajado solo al pueblo de mis padres en Zamora para asistir al entierro de una tía de mi padre que había fallecido a los 84 años de edad.
Llegué cuando todo había terminado. Pedí disculpas a mi abuelo por no poder haber llegado antes, pero es que todo había sido tan precipitado. Las campanas tocaron a muerte, y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Comenzaba a anochecer y el frío se notaba cada vez más; además había empezado a nevar. El pueblo parecía ser un pueblo fantasma.
Me dirigía a casa de mi abuelo que está alejada de las demás casas, y entonces lo escuché nitidamente.
Era un aullido, un tremendo aullido de lobo. Sentí un aliento fétido a mis espaldas; me di la vuelta y entonces lo vi; era un tremendo lobo negro. Sus ojos tenían un brillo asesino y sus fauces abiertas buscaron mi cuello.
En un instante se abalanzó sobre mi y me tiró al suelo. No podía zafarme, tenía mucha más fuerza que yo. Sentí el primer mordisco y después escuché un disparo.
Cuando desperté me encontraba en casa de mi abuelo. El había sido el autor del disparo. Pregunté por el lobo; y mi abuelo me lo enseñó. Allí estaba, muerto. Era un ejemplar tremendo, quizás su peso llegara a los 70 kilos.
Me toqué el cuello; me dolía la herida que me había producido la terrible alimaña.
Mi abuelo me trajo la cena y al poco rato me fui a la cama y me quedé profundamente dormido. Soñé con el tremendo lobo, me miraba, sus ojos eran claros y me sentí relajado.
Me desperté no se a que hora de la madrugada. Me seguía doliendo la herida del cuello. Me acerque a un espejo para mirarme y entonces mi sangre se heló en las venas.
Me toqué las orejas y me dí cuenta que eran puntiagudas; mis ojos ya no eran azules, sino marrones y oblicuos, mi nariz era un largo y tremendo hocico, y mis manos....
¡Dios, mis manos no eran manos, se habían convertido en unas horribles garras, garras de lobo... Y mi cuerpo estaba lleno de un pelo duro y negro...
¡Me había convertido en pocas horas en un hombre-lobo... Era una locura; una tremenda locura, pero así era; y ahora sentía unas ganas tremendas de comer ¡carne fresca!.
Escuché un ruido en la otra habitación; era mi abuelo que estaba roncando, me acerqué a su cama, lo agarré por la cabeza y le mordí en el cuello; la sangre empezó a salir a borbotones y yo comía su carne con tremendo apetito.
Después de esto, me acerqué a la ventana y miré la luna ¡Estaba llena y me miraba! Un aullido lastimero salió de mi garganta.
Era la primera muerte de las muchas que tendría que llevar a cabo al haberme convertido en un monstruo sediento de sangre y carne humana.
Me desperté con un dolor de cabeza increíble y un sabor agridulce en la boca. Me toqué con los dedos la comisura de los labios y noté que tenía algo que parecía reseco; entonces me dí cuenta de lo que era. ¡Sangre!...
Miré a mi alrededor y vi que estaba totalmente desnudo al lado de mi pijama que estaba tirado en el suelo y totalmente destrozado.
¿Qué extraños sucesos habían ocurrido la noche anterior?...
Han pasado ya dos meses desde aquellos terribles acontecimientos y cada plenilunio se repite el mismo ritual. ¡Debo salir a buscar carne humana. He leído bastante en este tiempo sobre la licantropia, esa tremenda enfermedad que me ha convertido en una bestia asesina; en todos los libros dice lo mismo:
"Al hombre-lobo debe matarlo alguien que lo ame y sienta mucho cariño por él; y debe hacerlo disparandole al corazón una bala de plata o en su defecto un cuchillo plateado"...
Dire también que en este tiempo he conocido a una muchacha; yo siento verdadera pasión por ella y me parece que ella también siente lo mismo por mi.
 ¡Dios mio!, cada vez que hay luna llena debo buscar cualquier pretexto para no verla todo ese tiempo.
Es una locura, pero debo decírselo  debo contarle en lo que me he convertido...
Ella lo comprenderá; será esta noche. Tengo preparado ya el puñal...
Esta carta se encontró al lado del cadáver de un joven con un puñal de plata clavado en el corazón.
Junto a él una joven que confesó haber sido la persona que lo había matado. El motivo....
"Dijo que aquella noche él se había convertido en un hombre-lobo"


viernes, 27 de septiembre de 2013

LA MECEDORA

                                   



LA SINIESTRA HISTORIA DE DOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS QUE DECIDEN
LLEVARSE A LA RESIDENCIA UNA VIEJA MECEDORA ABANDONADA EN LA
CALLE.

Yo vivo en una residencia de estudiantes y las habitaciones no es que tengan muchos muebles: dos
camas, dos armarios y una mesa con dos sillas. Como podréis comprobar no vivo solo; comparto mi
habitación con mi amigo Sergio. Pues debido a esa escasez de muebles y de la amplitud de la
habitación, un día que volvíamos de la biblioteca, vimos en un contenedor una mecedora vieja que
estaba chulisima y la pillamos. Estuvimos meciéndonos en la calle y decidimos subirla a la
habitación. No fue nada fácil hacerlo y sortear al bedel, que un tio tope brasas. Pero con mucho
arte lo conseguimos y dejamos la mecedora en una esquina de la habitación y fue acumulando ropa
encima de ella.
Pero una semana después, una noche que estaba estudiando, me pareció ver que la mecedora se
movía, era imposible, al principio pensé que seria una corriente de aire o algo, y me levante a
cerrar las ventanas, pero las ventanas ya estaban cerradas. Pensé: 'seran imaginaciones mías', y me
volví a sentar en la mesa, pero por el rabillo del ojo no podía dejar de mirar la mecedora. Cuando
me olvide del incidente, oí un ruido y me gire. Las cazadoras que estaban en el respaldo de la
mecedora habían caído al suelo. Me levanté a recogerlas y vi, esta vez muy claramente, que la
mecedora se movía, y no era por la inercia de haberse caído las chupas. Se movía muy despacio,
como si alguien se estuviese meciendo. Bajé corriendo a la sala de TV a avisar a Sergio. Subió
conmigo mientras repetía que serían cosas mías, y cuando abrimos la puerta vimos la mecedora
tirada en el suelo, de lado, y todas las ropas desperdigadas por la habitación. Sergio dijo que vale,
que muy buena la broma pero que no se creía nada. Levante la mecedora y volvió a poner la ropa
encima. Y nos fuimos a la cama. Yo no podía quitar ojo a la mecedora pero finalmente me dormí.
De pronto me despertó un ruido, como un roce de algo con algo, y encendí la luz, Sergio se
despertó. 'Tío apaga la luz', dijo.' ¿No oyes un ruido?', le dije nervioso. 'No, solo te oigo a ti dando
la brasa', grito. Finalmente escucho el ruido. Era como un roce. Buscamos de donde venia y vimos
el llavero metálico que colgaba de la llave de la cerradura balanceándose y pegando con la puerta
de madera. Estábamos cagados de miedo mirándolo y de pronto empezó a dar vueltas como loco, en
círculo, como cuando das vueltas a una cadena alrededor de un dedo, pero lo hacia solo y alrededor
de la llave que estaba encajada en la cerradura. Sergio se cabreo. Que ya valía, que muy buena la
bromita; y yo: 'tio, que no soy yo'. Y de repente empezó a cerrarse con dos vueltas la cerradura.
Clack, clack. Clack, clack... Sergio dijo 'Vale, ya se, están cerrando con otra llave por fuera', y se
giro como diciendo 'aquí ya esta todo arreglado', pero me empujo para que me girase. La mecedora
estaba moviéndose suavemente.
Estábamos que se nos salía el corazón por la boca. El ruido de la llave paro y el llavero se dejo de
mover, pero la mecedora se empezó a agitar de forma violenta..., mas y mas, mas y mas..., hasta que
se volcó.
Sergio abrió la puerta y salimos al pasillo. Decidimos no contarlo. Después de un rato deambulando
por ahí volvimos a la habitación, cogimos la mecedora y la bajamos al patio.
Al día siguiente el bedel pregunto en el comedor que quien había metido una mecedora en el patio,
que ya estaba harto de chorradas y que el próximo que armase alguna se la iba a ganar. Cuando
después de desayunar nos íbamos para clase vimos al diré de la resi ojeando la mecedora. No sé si la
habrá cogido.

TERROR EN EL BOSQUE


                     

Esta historia está narrada en primera persona siendo una leyenda urbana, en ningún caso es real.

LA PROTAGONISTA DE ESTA HISTORIA EXPERIMENTA EXTRAÑOS FENÓMENOS
TRAS SABERSE PERDIDA EN UN BOSQUE

Recuerdo la primera vez que pisé este bosque. Pasábamos el verano en una casa en plena
naturaleza. Era un pequeño pueblo alejado de todo y de todos. Recuerdo que una vez me enfadé
con mi madre y salí de casa a despejarme con el frío aire de la noche.
Empecé a andar sumida en mis pensamientos y de repente me encontré rodeada de árboles y demás
arbustos.
Miré hacia todas direcciones pero era todo igual. El suelo era pedregoso pero cubierto de verdín.
No había ningún tipo de rastro del hombre. Ni arbustos aplastados, ni marcas de huellas en el suelo.
Estaba claro que hacía tiempo que nadie pasaba por allí.
Debería haberme envuelto el pánico, pues me había perdido en un bosque, literalmente dicho. Pero,
en cambio, me sentí arropada por esos árboles. Sus troncos eran gruesos y de formas retorcidas. El
aire formaba un silbido especial al chocar contra las largas hojas y la temperatura era idónea. Se
veían destellos blancos por todos los sitios pues la luna se filtraba por donde podía entre aquellas
enormes ramas. El aire frío contrastaba con la caliente temperatura y eso daba una sensación
satisfactoria, como si estuviera drogada por algo que no sabía que era. El silencio era sepulcral, no
se oía nada excepto el suave silbido del aire.
Empecé a andar y deseé quedarme allí de por vida. No pensaba en nada, simplemente andaba,
disfrutando cada partícula de esa maravilla. Entonces me invadió el sueño y me tumbé en el suelo.
Aunque había piedras me pareció el más confortable del mundo. Cerré los ojos y entre el aroma de
fresca hierba me dormí.
Al día siguiente, me desperté en mi cama. Pensé que todo había sido un sueño, pues había sido
demasiado surrealista para que hubiera pasado en la realidad.
El sol brillaba en el pueblo, de modo que me decidí a dar un paseo con una mínima esperanza de
poder encontrar el lugar de mis sueños. Empecé a andar como el día anterior y lo encontré. No
había sido un sueño.
Paseé, esta vez con el sol filtrándose entre las ramas y dando un toque dorado que idealizaba más el
lugar. Me senté en el suelo y me quedé inmóvil. No hice nada, sólo respiré el fresco aire y observé.
Observé cuidadosamente durante largo rato. Para mí el tiempo se detuvo en ese momento. Tenía la
misma sensación que el día anterior, como si estuviera flotando. Pasaron las horas y sin quererlo se
hizo de noche. Volví a casa sin saber como.
Cada día de los siguientes iba a ese bosque. Me quedaba observándolo, paseando sus hermosos
caminos y saboreando su olor especial. Tantas horas pasé allí hasta que me absorbió por completo.
A cualquier hora deseaba estar allí. Tanto lo deseaba que me desconcentraba y no prestaba
atención a mis padres. No podía vivir sin ese bosque. Sentía que me faltaba el aire si no iba allí. Así
que una noche me escapé y volví.
Entonces me senté en el suelo como siempre y empecé mi meditación diaria. Pero ese día no iba a
ser como los demás. De repente todo se volvió diferente. Lo primero que sentí fue la temperatura.
Ese aire cálido que antes flotaba se convirtió en uno gélido que me dio escalofríos por todo el
cuerpo. El olor ya no era de hierba fresca si no de algo repugnante, como podrido. Me levanté y
observé intentando averiguar que le pasaba a mi bosque. Pero una sensación de terror me envolvió,
ya que no me pareció seguro sino todo lo contrario.
Me entraron ganas de salir de allí, así que empecé a andar a paso ligero hacia la salida. Pero
después de andar un largo rato, volví al mismo lugar. Me entró el pánico, pues mis ganas de dejar
ese bosque aumentaron, de modo que empecé a correr.
De repente algo me cogió del tobillo y me caí. Mientras mi labio sangraba me levanté dispuesta a
correr todo lo que podía. Y así lo hice. Mientras corría, el silbido del aire se convirtió en aullido, los
troncos de retorcidas formas parecía que me observaban con cruel aspecto y cada vez me costaba
más correr. Y llegué al mismo sitio. El agotamiento se unió a mi desesperación e hice un último
esfuerzo. Corrí lo más que pude hacia otras direcciones mientras el bosque me gritaba en los oídos
y el aire frío me helaba los huesos. De repente, las piernas se me paralizaron y con un gemido caí.
Levanté la vista con mi labio sangrante y observé que enfrente de mí se erguía un gran árbol
idéntico a sus compañeros. Me quedé mirándolo y no se como, en ese momento supe que nunca
saldría de ese bosque. Un imán muy fuerte me atraía hacía ese árbol y en un momento sus formas
retorcidas de empezaron a mover con un ruido ensordecedor, abriéndose como una flor en
primavera. Esa fuerza me atraía más y más hasta que me encontré dentro del árbol. Sus formas
entonces se empezaron a cerrar hasta que todo fue oscuridad. Estaba dentro del árbol. Se hizo el
silencio.
Mis lágrimas recorrían mi rostro mientras yo golpeaba en todos los sitios son todas mis fuerzas.
Hasta que un dolor indescriptible se apoderó de mi cuerpo. Me paré sobresaltada. Empecé a
sangrar más de mi labio. Me dolía todo. Entonces grité y salpiqué sangre que salió de mi garganta.
No sabía que me pasaba. Mis lágrimas se habían tornado rojas y mi nariz sangraba a borbotones.
Me ahogaba. De repente me quedé inmóvil.
Ahora podía ver dentro de mi tronco de árbol tras una cortina púrpura que ocultaba mis ojos.
Sabía que ese iba a ser mi hogar para siempre. Sigo aquí. Mi antigua personalidad no se ha muerto
del todo. Aunque forme parte de este bosque y sea su máxima aliada, aun tengo recuerdos de mi
vida anterior. Mis padres, el pueblo y mis agradables visitas a este bosque antes de que me
mostrara su verdadera cara. No sé como, puedo observar el resto del bosque por si viene alguien
que pueda acompañarnos. Le engañaremos hasta que sea demasiado tarde.
Le atraparemos como me atrapó a mí. Y así viviré hasta que a este árbol se le acabe la vida y con la
suya la mía también.
  

miércoles, 21 de agosto de 2013

EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS

                                       


UN TEMEROSO CONDUCTOR ES SOLICITADO POR UNA PAREJA DE JÓVENES MIENTRAS ATRAVIESA UNA ZONA CONOCIDA POR SUS SUICIDIOS


Una noche un hombre iba atravesando por un bosque, donde había ocurrido muchos casos de suicidio. El bosque era tan enorme que apenas se encontraban los restos. El hombre iba en coche, y con un poco de miedo, ya que conocía la fama que tenía ese bosque.

"Dios mío, no me extraña que vengan aquí a suicidarse, esto está más perdido que... eh, ¿qué es eso? 
Notó que había algo en la carretera y cuando estaba ya cerca vio que era una pareja tendida en el suelo. La chica no se movía pero el chico estaba haciendo señal pidiendo ayuda.
El hombre se bajó del coche y le preguntó: "¿Qué os ocurre, en un sitio como aquí?"
"Vinimos a suicidarnos... Nosotros queríamos casarnos, pero nuestros padres no nos permitieron por eso vinimos aquí, pero estoy arrepentido, por favor llévanos a algún hospital..."
El hombre llevó al coche a la chica que no se movía y le ayudó al chico a subir. Corrió todo lo que podía hasta llegar a un hospital más cercano mientras oía la voz del chico..."¿Está lejos el hospital?...Por favor dese prisa..."
El coche llegó al hospital. "¡¡Socorro, por favor, hay dos que están muy grave!!" El hombre explicó todo lo que había pasado mientras sacaban a los dos de su coche. Parecía que el chico había perdido el conocimiento.
El hombre tuvo que esperar un buen rato hasta que salió el médico que examinaba a los dos. "Doctor, ¿cómo están? ¿Se salvará la vida?"
"Siéntese... Vamos a ver, según lo que explicó los encontró en el bosque, ¿verdad?" "Sí" "¿Hace cuánto tiempo?"
"Hará.. como una hora o un poco más..." "Y dice que habló con el chico." "Sí, la chica no estaba consciente pero el chico me explicó lo que pasó y todo el camino me estaba diciendo que corriera, que me diera prisa."
"Es que... es muy extraño... Los he examinado y los dos están muerto por lo menos desde hace 5 horas..."
                    

lunes, 19 de agosto de 2013

EL ESPÍRITU DEL NIÑO ERRANTE

                                 



EL ESPÍRITU DE UN NIÑO MUERTO HACE AÑOS AGREDE DE FORMA ESPORÁDICA A LOS HABITANTES DE UN PUEBLO

Cuando ocurren cosas, normalmente es a una persona o un grupo de personas compartiendo la misma experiencia, pero esto que voy a contar sucede en un pueblo, y ocurre a todos sus habitantes, los cuales ya están acostumbrados... Pero yo, como visitante, y mis primas, hemos vivido unas experiencias que a la gente de allí les parece "normales".

Fuimos a ese pueblo donde mis tíos tenían en las afueras una casa cerca del pantano. Para ir al pueblo tenías que seguir
un camino de tierra durante cuatro kilómetros hasta llegar.
Como en la casa de noche nos aburríamos, mis tíos nos
acercaban al pueblo en coche para que pasáramos allí unas horas con los chicos del pueblo. Era verano y las noches invitaban 
a pasarlas hablando y disfrutando de compañía.

Los chicos del pueblo al principio nos parecían muy fantasiosos o que nos querían meter miedo. Decían que algunas noches
se oía el gemido de un niño pidiendo ayuda... pero no venía de ninguna parte, sino de todo el pueblo. Cada uno de los habitantes lo oía en su propia casa, en la calle, en la tienda, en el bar... partía de las paredes, del suelo... a veces incluso sentían
un empujón violento que los lanzaba al suelo... Contaban que
incluso una mujer embarazada perdió a su hijo en la plaza una tarde en la que se encontraba hablando con unas amigas al sentir que unas manos aprisionaban su vientre con tanta fuerza que la hizo abortar allí mismo. Ella estuvo a punto de morir y
cuando se recuperó, se fueron del pueblo y no volvieron a él.
Les preguntamos que quién podría provocar esas cosas... y que después de lo de la mujer ¿cómo es que la gente no se va del pueblo también? Entonces nos contaron una especie de leyenda y del por qué creen que "eso" atacó tan ferozmente a la mujer.

Hacía unos diez años, unos niños del pueblo decidieron irse una noche de verano a otro pueblo vecino. Para ello tenían que
atravesar un campo donde en uno de los laterales estaba el cementerio que compartían los dos pueblos y que se hallaba
justo a la mitad del camino.
Cuando ya estaban bien avanzados oyeron un crujido a sus espaldas. Era el hermano menor de uno de ellos. Le instaron a que se volviese a casa pues no querían cargar con críos y éste se negó en rotundo, más que nada es que le daba miedo volverse solo.

Entonces decidieron despistarle. Al llegar a la altura del cementerio dijeron que iban a jugar para esconderse en él. Como había luna llena se veía bastante bien, este chico aceptó sin
sospechar nada... Ya en el cementerio, uno contaba y los demás se escondieron todos juntos, mientras este chico se escondía en otro lado pensando que todos estaban haciendo lo mismo.
Cuando ya le perdieron de vista, los chicos se reunieron y salieron por una de las tapias dejando a este chico escondido. No podían evitar reirse de lo fácil que había resultado engañarlo hasta que  
oyeron un grito desgarrador... Al principio pensaron que se trataba de una broma, hasta que el segundo grito reaccionaron y volvieron a entrar en el cementerio... Estuvieron buscando por todas partes pero no le encontraron, gritaron su nombre, dieron vueltas y más vueltas y nada
Al cabo de muchas horas, cuando ya despuntaba el alba decidieron buscar ayuda en el pueblo con la esperanza de que el chico les hubiese gastado una broma y se hubiese ido a casa.
Al llegar al pueblo, el hermano fue a su habitación, no había dormido allí, la madre le preguntó por su hermano pequeño y éste le tuvo que contar la verdad. La madre avisó al padre y éste a todo el pueblo... Salieron todos en busca del muchacho al cementerio.
Cuando llegaron allí, uno de los vecinos descubrió con terror que el cuerpo del chico se encontraba en una de las fosas que acababan de abrir días antes para un nuevo difunto... El chico tenía la cabeza reventada, los huesos de las piernas y de los brazos retorcidos en una figura grotesca, los ojos cristalizados por el pánico y la boca en una mueca de absoluto terror...
Fue un día negro en todo el pueblo, nadie se explicaba lo que había ocurrido allí. El hermano, con los años, fue internado en un psiquiátrico pues decía que su hermano se estaba vengando de él, le veía en todas partes, le pegaba... Los médicos le diagnosticaron neurosis obsesiva post-traumática, pero no podían explicar los contínuos moratones que aparecían por todo su cuerpo, incluso en la cara...
Al cabo de unos años, la madre de estos hermanos se quedó embarazada... y a los siete meses le ocurrió lo que ya contaron antes: 
Algo había provocado la muerte de su bebé y quizás su propia muerte de la que escapó por poco. Los chicos decían
que los gritos que oían por las noches eran iguales que los que oyeron en el cementerio.
Oyendo esta historia la verdad es que les creímos... habíamos pasado un buen rato de miedo y 
nuestro tio nos vendría pronto a recoger para llevarnos a casa...
Cuando íbamos hacia el coche, sentí un golpe fuerte en mi espalda que me obligó a apoyarme en mi prima de una forma
violenta. Casi nos vamos las dos al suelo... Miré hacia atrás, pero los chicos estaban hablando entre ellos a unos tres metros de nosotros.
Mi tío dijo que me había tropezado. Mi prima, sin convencerse del todo, fue hacia los chicos, cuando de repente volvió la cabeza hacia el otro lado de forma violenta... Dijo que alguien la había abofeteado... y tenía una mano marcada en la cara... una mano pequeña...
Nos asustamos muchísimo... y empezamos a gritar presas de la histeria... Los chicos vinieron a auxiliarnos mientras mi tío abría el coche rápidamente para meternos dentro. Los chicos hicieron
una barrera con sus brazos protegiéndonos de lo que fuese y pudimos meternos en el coche. Por el cristal pude ver cómo golpeaban a algo invisible que les estaba atacando. Mi tio condujo a gran velocidad tocando el claxon como un loco. Al llegar a la casa llamó a mis otros tios y todos fueron al pueblo a ayudar a los chicos, pero ya todo había pasado. Éstos se encontraban agotados por la lucha, con arañazos, golpes... pero dijeron que estaban acostumbrados, que no pasaba nada.
Las agresiones en ese pueblo son esporádicas y no siempre a las mismas personas... pero ellos sienten que tienen que estar
ahí para que ese niño que murió de forma tan violenta no esté solo... Llegará el momento en que pueda descansar en paz."



sábado, 17 de agosto de 2013

Los nuevos ocupantes


                               



Nunca desestimé la existencia de fantasmas, pero los asociaba con castillos Medievales o enormes casonas con pasados oscuros y misteriosos. 
Creía que e
ra muy probable que hubiera fantasmas en esos lugares tétricos, repleto de Pasillos
y habitaciones, desgraciadamente comprobé que pueden aparecer de f
orma súbita e instalarse
en casas pequeñas y humildes como la mía.
La casa era nueva, a costo de mucho esfuerzo compré el terreno y la mandé
Construir. Vivía junto a mi esposa Silvia y mi hijo de ocho años Jonatan.
Una noche desperté y me senté en la cama, se escuchaban voces que parecían
Venir de la sala; “Debe ser la tele que la dejamos encendida” pensé, arrastré
Mis pies hasta la sala, estaba obscura, la tele apagada, cuando fui a encender
La luz tuve la fuerte impresión de que alguien cruzó a mi lado. Sentado en el
Sofá y cuando mi corazón bajó un poco su ritmo, llegué a la conclusión que
Me levanté aún estando medio dormido. Fui hasta la cocina a tomar un vaso
De agua fría, cuando estaba empinando el vaso vi por el rabillo del ojo que
Algo que estaba sobre la mesada se movía; el agua fría me corrió por el pecho
Mientras miraba atónito como la licuadora se arrastraba hasta el borde de la
Mesada, calló con estruendo y le saltaron algunos pedazos.
- ¿Qué pasó, que fue ese ruido? - me interrogó mi esposa
- No..nada…se me calló la licuadora - respondí con voz temblorosa.
El resto de la noche lo pasé despierto, confundido y preocupado, le buscaba
Mil vueltas al asunto. La noche siguiente fue particularmente aterradora; yo
Estaba despierto, los ojos bien abiertos. El grito me hizo saltar de la cama, era
La voz de mi hijo, cuando encendí la luz lo encontré acurrucado en su cama,
Miraba hacia el techo y temblaba. Ante las insistentes y variadas preguntas de
Silvia Jonatan solo respondía - !había alguien gateando en el techo¡ -
Le hice una seña a mi esposa y salimos del cuarto
- Creo que en la casa hay fantasmas - le dije, luego le conté lo de la noche anterior,
Tras discutirlo mucho decidimos hablar con el Padre Rovira, el había bautizado
A Jonatan y era de nuestra confianza. Luego de contarle lo sucedido nos comenzó
A hablar de problemas en la pareja y otros asuntos psicológicos.
- ¿De que esta hablando? !En mi casa hay fantasmas¡ - le dije un poco alterado,
Me disculpé al salir.
Nadie pudo ayudarnos con nuestro problema, eventualmente abandonamos la casa.



  

miércoles, 14 de agosto de 2013

La anciana sin descanso

                                 



Un papá después de un viaje de negocios, se llevo a su hija de 11 años, pues el padre 
le prometió vacaciones, pero se perdieron en un lugar al tomar una ruta incorrecta del 
mapa, y terminaron en un pequeño pueblo, tuvieron que detenerse a buscar 
combustible y a pedir información sobre su ubicación, eran cerca de las 12 de la 
noche y estaba lloviendo muy fuerte.

Entrando al pueblo, notaron algo extraño, la gente estaba afuera de sus casas y 
parecieran que estaban aterrorizados, la hija le hablo a su padre, pues vio varios 
carros de policías a lo lejos.

Se acercaron, el policía los vio y les pregunto
-son de esta casa?-

-no, no somos de aquí, es que tomamos otra ruta y terminamos perdidos, nos podría 
ayudar con el mapa y con algo de gasolina?-

-Si claro, disculpen un momento, pasa que a sucedieron varios asesinatos y los 
estamos investigando-

-asesinatos?
-así es, han matado a muchas personas de varias casas-

-……. Bien acompáñenme, les diré en donde se encuentran y les daré algo de 
gasolina para que puedan llegar a la ciudad más cercana, aunque les aconsejo que 
se queden esta noche aquí- dijo el policía-

-lo que sucede que llevamos prisa oficial, deberíamos haber llegado antes de las 
10pm--está bien, pero vallan tan rápido como puedan y no se detengan hasta llegar a su 
destino, los asesinos que hicieron esto, debes estar cerca- dijo el policía-

Mientras el oficial les estaba dando las ubicaciones y gasolina, el padre sintió 
curiosidad de preguntar sobre cómo fueron las muertes.

Menciono que las muertes fueron como si los hubiera atacado algún animal, parecían 
como si fueran zarpazos, no había marcas de dientes ni pisadas extrañas o alguna 
señal de pelos como suelen dejar los animales, empezaba a pensar que no era un 
ataque animal.

Solo mato a los hombres y mujeres, dejo a los niños sin ningún rasguño, sin 
embargo... 
estos estaban asustados, silencios, no podían hablar, como si hubieran visto algo 
horrible que los allá paralizado de horror.

El policía nuevamente les repitió, que una vez que lleguen a su camioneta, “cierren 
con seguro las puertas y no se detengan hasta llegar a su destino.

Al llegar a la camioneta, como la hija dejo la ventanilla abierta, todo el asiento 
delantero de su lado se había mojado por la lluvia y tuvo que sentarse en el asiento 
trasero.

El padre hizo lo que le aconsejo el policía, cerró las ventanillas y le puso seguro a las 
puertas.

Se fueron en el camino que les marco el policía en su mapa, pero momento después 
de irse del pueblo, mientras seguían el camino, pudieron ver una figura de una 
persona adelante, al acercarse mas, vieron que era una anciana con una bolsa. 

El papa se detuvo y abrió la ventana, le dijo a la anciana.

-señora que está haciendo a estas horas?
La anciana no respondió, ni siquiera volteo a verlo, simplemente siguió caminando. 
Por lo que el papa se bajo de la camioneta y fue a preguntarle que hacia tan noche.

-quiero llegar, estoy cansada- respondió la anciana-

-no se preocupe, venga conmigo, la llevaremos, es peligroso aquí afuera anda un 
asesino suelto-

La anciana subió a la camioneta, en el asiento trasero, alado de su hija, y se fueron.

Mientras el papa manejaba, le pregunto a la anciana que es lo que hacía tan noche 
caminando sola.

-……. Me perdí…. Ya no pude irme cuando pude……-dijo la anciana-

-Pues que suerte que la encontramos nosotros la llevaremos a su hogar, además nos 
topamos con un pueblo casi un kilómetro atrás y me dijeron que asesinaron a varias 
personas, fue algo cruel

-esas personas egoístas se lo merecían- respondió la anciana-

-y porque dice eso?- 

-les contare una historia que sucedió en ese pueblo-

-Hace tiempo una anciana llego a ese pueblo con su nieto enfermo, lo llevaba en 
brazos pues el ya no podía caminar, la anciana pidió ayuda casa por casa, rogando 
por algo de comer o de beber para el niño, pero todas las personas le negaron un 
simple vaso de agua, le cerraban la puerta, le tenían miedo a la enfermedad del niño 
que llevaba en sus brazos, pues se veía demasiado enfermo, ese mismo día en la 
noche, su nieto murió diciéndole a su abuela, “te quiero abuela, gracias por nunca 
haberme dejado solo”, después de eso murió en sus brazos ..………y la anciana 
murió momentos después de eso……. Malditos egoístas, merecían ser castigados, 
merecían morir - dijo la anciana con voz de enojada-En eso la hija, vio las manos de la anciana, sorprendida observo como tenía sus 
dedos delgados con unas uñas tan largas y puntiagudas como si fueran garras,  
llenas con manchas de sangre, después de eso la anciana volteo a verla, mirándola 
fijamente, tenía unos ojos oscuros con una luz en el centro de cada uno y una cara 
con la piel toda caída, en eso le sonrió a la niña, y dijo.-Y eso…… sucedió hace 2 días- lo dijo riéndose
La anciana levanto sus manos con sus uñas apuntando a su padre, y diciendo.-Castigare a todos los egoístas de corazón, ese tipo de personas que no piensan en 
el daño que hacen, deben sufrir…. deben morir- con una voz muy alta y enfadada-La niña se quedo congelada del miedo, aterrorizada sin poder pestañear siquiera, en 
eso se desmallo, instantes antes de desmallarse, vio la figura de la anciana que se 
lanzo hacia su padre, sintió el auto como se salió de control y como si chocara, 
después de eso, como si fuera sueño, escucho los gritos de su padre muy a lo lejos.Se despertó con su cara hacia al suelo, casi ahogándose con la lluvia, se dio cuenta 
que la camioneta estaba volteada y que estaba entrando agua. Mareada se salió y vio 
a la anciana afuera, agachada como si estuviera comiendo algo.La anciana se levanto y la volvió a mirar fijamente, la niña paralizada recordó lo que 
les dijo…… “Castigare a todos los egoístas de corazón, ese tipo de personas que no 
piensan en el daño que hacen, deben sufrir…. deben morir”, en eso tubo imágenes, 
recuerdos que su padre tenía, logro ver como estaba involucrado en secuestros de 
personas para la extracción de órganos, muchas veces les pedía que hicieran la 
extracción sin anestesia, se divertía viendo sufrir y escuchar los gritos de dolor, y en 
varias ocasiones el mismo secuestraba a niños, pues así ganaba más dinero.Después de eso parpadeo, y la anciana ya no estaba allí, pudo ver a su padre en el 
suelo, le habían arrancado toda la piel de la cara, su corazón, pulmones, riñones, 
hígado y ojos estaban a su alrededor.Al ver eso, la niña empezó a llorar en medio de la noche mientras llovía.


“Las personas buenas no existen, todos podemos fingir, pero el corazón no miente”









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