viernes, 11 de abril de 2014

EL SALMÓN DE LA SABIDURÍA

                                 


El Salmón de la Sabiduría o Salmón del Conocimiento es una criatura que encontramos en la mitología irlandesa. De acuerdo a la narración,  se trataba de un salmón ordinario que comió las nueve avellanas que cayeron en la "Fuente de la Sabiduría" desde nueve avellanos que la rodeaban. De la fuente de la sabiduría manaban aguas que originaban cinco ríos. Al comer las avellanas, el salmón obtuvo todo el conocimiento del mundo. Además, la primera persona que comiese de su carne ganaría, a su vez, el conocimiento total. 
Una historia popular cuenta que un poeta llamado Finnegas se pasó siete años intentando pescar el salmón. Cuando finalmente lo capturó ordenó a su aprendiz, Fionn, que se lo preparara. Mientras lo hacía, Fionn se quemó el dedo pulgar con la grasa caliente que saltaba del salmón, y para calmar el dolor se introdujo el dedo en la boca. Cuando le llevó la comida a Finnegas, esté descubrió en la mirada del chico un brillo que que no había visto antes. Cuando Finegas le pregunta, Fionn niega haber comido del pescado, pero, bajo presión, admite haber probado su grasa por accidente. Fue esta increíble sabiduría y conocimiento obtenido del Salmón de la Sabiduría lo que permitió a Fionn convertirse en el jefe de los "Fianna" (eran pequeñas bandas de guerreros que vivían apartados de la sociedad en los bosques como mercenarios).


LEYENDA 


Cuenta la leyenda que, antes de la llegada del pueblo de Dana a Irlanda, los antiguos duendes del bosque escondieron toda la sabiduría de su mundo en siete avellanos. Y, por esas misteriosas vueltas del destino, una de sus avellanas llegó hasta el mar. Y allí se la comió un salmón, que así logró convertirse en el ser más sabio de la Tierra.Cuando los habitantes de Erín se enteraron de la existencia del extraordinario pez, salieron en su busca. El que comiera su carne tendría la suma del conocimiento pasado, presente y futuro. Pero el pez no tenía ni una escama de tonto y se las arregló para eludir redes, anzuelos y flechas por mucho tiempo.
Durante siete años, el poeta druida Finnegas había perseguido al mágico animal sin lograr capturarlo. Conocedor de las antiguas profecías, sabía que un hombre llamado Finn lo atraparía. Y el poeta estaba seguro de que ese hombre era él.
Pero aquí entra en la leyenda un joven príncipe, Demma MacCumhal, a quien sus amigos conocían con el apodo de Finn.
Viajando en busca de aventuras y experiencia, Demma llegó hasta el apartado lugar del bosque donde tenía su vivienda el druida. De inmediato, la inteligente vivacidad del joven agradó al anciano, que lo aceptó como discípulo.
Durante las frías noches de invierno, el muchacho aprendió cantares y poemas, historias y conjuros mientras preparaba la comida de su maestro. Hasta que un día, sin conocer el apodo de su alumno, Finnegas le encomendó la tarea de pescar al famoso salmón. El ya estaba demasiado viejo como para perseguirlo.
La facilidad, a veces, es uno de los disfraces del destino y muy pronto Demma volvió a la cabaña con el pez. Entonces, Finnegas le pidió que lo cocinara, no sin antes hacerle jurar que no comería ni una esquirla de su carne.
Fiel a las indicaciones de su maestro, el muchacho preparó un fuego y puso a asar al animal. Pero, de pronto, una gota de grasa cayó sobre las brasas y saltó al dedo del príncipe, provocándole una quemadura. Sin pensarlo, éste se llevó el dedo a la boca y chupó la herida. Instantáneamente, las puertas del conocimiento se abrieron en su mente.
Cuando regresó con el salmón asado, el druida supo, por el brillo de sus ojos, lo que había sucedido y lo increpó amargamente. Demma se desesperó porque amaba al anciano y no soportaba la idea de haberlo traicionado. Y fue allí que le contó acerca del apodo que le daban sus amigos. El era Finn. Como Finnegas era lo suficientemente sabio para aceptar el destino, impulsó al joven a que comiera todo el pescado, para cumplir la profecía.
Años después, Finn MacCumhal se convirtió en el capitán de los Fianna, una orden de caballería parecida a la de la Tabla Redonda, que fue la más poderosa de su tiempo, y se ocupaba de guardar las costas de Irlanda. Y cuenta la leyenda que, cada vez que se encontraba en alguna situación complicada que requería una sabia solución, se chupaba el dedo justo en el lugar de la quemadura y encontraba la respuesta.

martes, 1 de abril de 2014

LA DAMA DE NEGRO

                                         

Amigos hoy os dejo una leyenda popular de Badajoz, España, concreta mente del Hospital Perpetuo socorro.


El hospital Perpetuo Socorro se encuentra situado cercano a la estación de autobuses de Badajoz. Este hospital tiene una historia sobre fantasmas, la cual pasamos a describir con más detalle en la descripción larga.

Los fantasmas han existido en Extremadura desde que el mundo es mundo. En Extremadura conocemos muchos fantasmas que habitan en grutas, castillos y casonas, pero hay algunos lugares, quizás menos románticos, en los que la leyenda no es tan antigua como para haberse desvanecido en el tiempo.
En el Hospital Materno Infantil de Badajoz aún se habla en voz baja de la monja fantasma de hábito blanco a la que su muerte no le impide seguir haciendo rondas, y aún trabaja en el Hospital Perpetuo Socorro la enfermera a la que, hace más de veinte años y después de haber dado a luz, visitó una medianoche en su habitación ofreciéndole pastillas para el dolor. La enfermera le agradeció el gesto y rechazó la medicina, solo para enterarse minutos después por una compañera de que había sido visitada por el Fantasma del Materno.
Los dos hospitales se comunican entre sí, creando un enorme y monstruoso laberinto de escaleras, pasillos, puertas y recodos. Durante años muchas salas, pasillos y habitaciones se han rehabilitado, se han cerrado al público o simplemente han desaparecido.
Pero es en el Perpetuo Socorro donde, desde hace años, la Dama de Negro deambula levitando por los pasillos y desaparece en recodos que no llevan a ningún sitio.
Dos fuentes reconocen haberse topado con la Dama de Negro:

  • En 1994, sobre las 4 de la madrugada, un guardia y el encargado del mantenimiento estaban dando una vuelta por las instalaciones del hospital, cuando llegan al sótano, donde actualmente se encuentran las cocinas, que en aquellos momentos estaban en obras, y donde los pasillos son interminables y oscuros. Hablando por esos pasillo se encontraban ambos cuando de repente se quedan sin palabras, notando ambos como al fondo de una de las puertas, surge una mujer vestida de negro que permanece inmóvil, en medio del pasillo, mientras los observa. De pronto, la misteriosa mujer comienza a avanzar hacia ellos deslizándose, “sin flexionar las piernas, como si flotase, porque no se movía como una persona normal”. Cuando ha recorrido algunos metros, la dama de negro gira y se introduce en un pequeño recodo del pasillo.
    Estuvieron callados durante 20 años hasta escuchar la siguiente historia contada por dos cirujanos.
  • Dos cirujanos, una mañana de Noviembre del 2011, cuando entran a trabajar sobre las 8 en punto a la tercera planta del hospital, y se disponen a llegar a sus despachos, situados en un ala cerrada al público en esos momentos. Delante de ellos, en el pasillo, avanza de espaldas una mujer vestida de negro hasta los pies. Lo primero que les extraña es encontrar a una persona en una zona cerrada, y lo segundo que no se trate de una compañera, pues ni la vestimenta ni la negra cabellera corresponden a ninguna de sus compañeras del hospital. La mujer, “sin volverse en ningún momento” a pesar de que los pasos y la conversación de los cirujanos, “gira de repente a la izquierda y desaparece en un entrante del pasillo”. Extrañados, se asoman y se dan cuenta de que la dama de negro se había esfumado. Sorprendidos, comentan esa mañana en el quirófano el extraño comportamiento de la supuesta señora y su increíble desaparición, y las enfermeras les sacan de dudas y les cuentan la historia de la dama de negro, conocida por casi todo el personal, aunque solo algunos reconocen haberse topado con ella.
Ninguno de los sujetos quieren que aparezcan sus nombres ni fotos, pero la gente habla y las enfermeras de la cuarta planta hablan.

Fuente consultada: Extremadura secreta.com

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