La mitología inuit o mitología de los esquimales, tiene mucha semejanza con otras mitologías de los pueblos que viven en las regiones polares. La religión inuit tiene princípios animistas y chamanistas.
Leyenda del origen del mundo:
Al principio, el mundo era solamente agua, una vasta inmensidad de agua. Un día, empezaron a caer rocas del cielo, éstas se fueron acumulando hasta crear la tierra. Entonces aparecieron los hombres, pero eran unos hombres mal hechos, no podían andar ni valerse por si mismos. Un día apareció una mujer que decidió cuidarlos a todos ellos y gracias a ésta nació la humanidad.
Leyenda del origen del mundo:
Al principio, el mundo era solamente agua, una vasta inmensidad de agua. Un día, empezaron a caer rocas del cielo, éstas se fueron acumulando hasta crear la tierra. Entonces aparecieron los hombres, pero eran unos hombres mal hechos, no podían andar ni valerse por si mismos. Un día apareció una mujer que decidió cuidarlos a todos ellos y gracias a ésta nació la humanidad.
Leyenda del origen del hombre:
En el origen del mundo, tan sólo había un hombre y una mujer, sin ningún animal. La Mujer pidió a Kaila, el dios del cielo, que poblara la Tierra. Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar. Entonces, ella fue sacando del agujero, uno a uno, todos los animales. El caribú fue el último. Kaila le dijo que el caribú era su regalo, el más bonito que podría hacerle, porque alimentaría a su pueblo. El caribú se multiplicó y los hijos de los humanos pudieron cazarlos, comer su carne, tejer sus vestidos y confeccionar sus tiendas. Sin embargo, los humanos siempre elegían los caribús más bellos, los más grandes. Un día, sólo les quedaron los débiles y los enfermos, por lo que los Inuits no quisieron más. La Mujer se quejó entonces a Kaila. El la reenvió al hielo y ella pescó el lobo, enviado por Amarok, el espíritu del lobo, para que se comiera a los animales débiles y enfermos con el fin de mantener a los caribús con buena salud.
En el origen del mundo, tan sólo había un hombre y una mujer, sin ningún animal. La Mujer pidió a Kaila, el dios del cielo, que poblara la Tierra. Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar. Entonces, ella fue sacando del agujero, uno a uno, todos los animales. El caribú fue el último. Kaila le dijo que el caribú era su regalo, el más bonito que podría hacerle, porque alimentaría a su pueblo. El caribú se multiplicó y los hijos de los humanos pudieron cazarlos, comer su carne, tejer sus vestidos y confeccionar sus tiendas. Sin embargo, los humanos siempre elegían los caribús más bellos, los más grandes. Un día, sólo les quedaron los débiles y los enfermos, por lo que los Inuits no quisieron más. La Mujer se quejó entonces a Kaila. El la reenvió al hielo y ella pescó el lobo, enviado por Amarok, el espíritu del lobo, para que se comiera a los animales débiles y enfermos con el fin de mantener a los caribús con buena salud.
Los animales:
Los inuit creen que los animales poseen un alma o anirniit. Estos no son cazados por los inuit, sino que se dejan cazar. Cuando el animal muere, el cazador celebra una breve ceremonia para asegurar que su alma regrese al mundo no terrenal y se reuna con la sociedad animal, dispuesto a volver como presa. En gran parte de Alaska se celebran importantes fiestas destinadas a reconocer la aparición de los animales en el mundo e influir en ella.
Los inuit creen que los animales poseen un alma o anirniit. Estos no son cazados por los inuit, sino que se dejan cazar. Cuando el animal muere, el cazador celebra una breve ceremonia para asegurar que su alma regrese al mundo no terrenal y se reuna con la sociedad animal, dispuesto a volver como presa. En gran parte de Alaska se celebran importantes fiestas destinadas a reconocer la aparición de los animales en el mundo e influir en ella.
La muerte:
Tras la muerte física una parte del alma de los inuit entra en los infiernos o el cielo, dependiendo de como haya muerto. Otra parte se reincorporará a un pariente recién nacido: imponer a un niño el nombre de alguien fallecido significa que su antepasado le transferirá ciertas cualidades personales.
Tras la muerte física una parte del alma de los inuit entra en los infiernos o el cielo, dependiendo de como haya muerto. Otra parte se reincorporará a un pariente recién nacido: imponer a un niño el nombre de alguien fallecido significa que su antepasado le transferirá ciertas cualidades personales.
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