En Egipto antiguo, la conservación del cuerpo era un símbolo muy importante. La destrucción de éste representaba un riesgo muy grave.
Los Egipcios creían en la inmortalidad. La muerte, en los Egipcios,
representaba la separación entre el soporte material y los elementos inmateriales: Bâ, que corresponde al alma,
y Ka, que representa la energía vital. Hacía falta pues que Bâ y Ka, al despertar de su nueva vida, pudieran
reintegrar el cuerpo, previamente conservado.
El origen de la momificación proviene de diversos países, pero podemos afirmar que la cuna de ésta se encuentra
en África. En efecto, es en Egipto dónde la momificación alcanza su apogeo, tanto a nivel de perfección de las técnicas como en su arte.
Los diferentes métodos empleados en la momificación permanecieron secretos, y lo que conocemos de ellos es gracias a los relatos de los escribanos de la época.
La momificación correspondía a una necesidad de orden religiosa, porque los egipcios creían en la inmortalidad del alma, y esta técnica permitía alcanzarla.
Los orígenes de la momificación son difíciles de precisar. Existen
diversas y variadas teorías sobre ésta. Entre ellas queremos presentarte la que afirma que la momificación tuvo como punto de partida las numerosas inundaciones del Nilo que, exhumando los cadáveres, fueron el origen de epidemias mortíferas.
Pero ya os decimos que no es más que una hipótesis. Los orígenes no son certeros ni están claros. A la época predinástica, hace alrededor de 6000 años, sencillamente enterraban los cuerpos dentro de hoyos en el desierto.
La arena aseguraba una buena conservación del cuerpo por sus propiedades de desecación.
Es durante la tercera dinastía (2800 a.c) que la momificación comenzó a extenderse, aunque sólo era accesible
para las clases superiores o pudientes. En el transcurso de esta época, los embalsamadores procedían a la
incisión del cuerpo y la extracción de las vísceras. Es en esta época dónde encontramos el uso de los vasos
funerarios. Las vísceras momificadas, envueltas con ropa blanca, son depositadas en cuatro vasos decorados con
la cabeza de los cuatro hijos de Horus. Los cuatro hijos de Horus son Amset (cabeza humana), Hapy (cabeza de babuino), Douamoutef (cabeza de chacal) y Kebhsennouf (cabeza de halcón).
Durante el Imperio Medio (2050-1500 a.c.), las momificaciones son más minuciosas. Sin embargo, los métodos de conservación no son tan buenos. La momificación alcanza verdaderamente su apogeo durante el período del Nuevo Imperio (1500-1100 a.c). En esta época se llega a poder conservar incluso la expresión de la cara.
Las momias que fueron realizadas en el transcurso de las XVIII y XIX dinastías, son las más bellas que podemos encontrar en cuanto a la expresión de las mismas, su conservación y su riqueza. Las momias más famosas datan
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