domingo, 22 de julio de 2012

LA REINA MAGA Y LOS FORMARÉ


Si bien no figura en la Saga de Tuan McCarrell, otras fuentes tradicionales
cuentan que, luego del Gran Diluvio Universal, la isla que llegaría a ser Erín estaba
habitada por dos razas totalmente diferentes: los formaré, gigantes cíclopes que
moraban en las islas que rodeaban a Irlanda, y las tribus de la reina-maga Cessair,
según algunos autores, una reencarnación de Circe.1 Quizás por esta razón no
existen en las leyendas descripciones de la forma física de las huestes de Cessair,
ya que en repetidas oportunidades se menciona el hecho de que la reina las
cambiaba a voluntad.
Por razones que la tradición oral no ha conservado, o que se han perdido en la
transición, hacia el siglo XXVI a. C., Cessair pereció junto con toda su raza

probablemente a manos de los formaré—, dejando a estos últimos dueños absolutos
de la isla durante largo tiempo.
Respecto de la constitución física de los formaré, no han sobrevivido tampoco
muchas precisiones, pero uno de los relatos del Libro de Lecan los describe con "un
solo pie, un solo ojo y una sola mano, mientras que la mayoría de ellos poseen
cabezas de animales, generalmente de cabra o chivo". Según un autor irlandés del
siglo XVII, autor de una traducción del Libro de Lecan, "los formaré eran demonios
expulsados del averno. Arribaron a Erín doscientos años antes que Partholan, a
bordo de catorce navíos tripulados por veintiocho hombres y veintiocho mujeres
cada uno".

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