Un chico visita con sus padres Nueva York. Mientras viajan en el autobús, el hijo entabla
conversación con una joven. Como tienen que bajar, ella le invita a mantener un encuentro más
pausado esa misma noche. Él accede de buen grado y quedan en verse a las ocho. Un tiempo después,
aparece aturdido en una bañera llena de hielo de un hotel. No recuerda nada. Tanto es así que con
mucha dificultad alcanza el teléfono y llama a sus padres. No sabe dónde está. Al otro lado del hilo,
sus padres le dicen: «¿Qué ves por la ventana?». Y él comienza a dar pistas: «Hay un edificio con un
cartel luminoso, una parada de taxis, etc.». Al final, lo encuentran y descubren que le han robado un
riñón.
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