lunes, 5 de agosto de 2013

El viejo naranjo

               



Desde la primera vez que Ernesto y Silvia vieron al viejo y vetusto
Naranjo les causó mala impresión, pero cortar un árbol que prometía
Jugosas naranjas durante el invierno solo por sentir una sensación
Extraña al cruzar cerca de el, les pareció una exageración.
Ernesto y Silvia eran una pareja de recién casados que habían comprado
Una hermosa casa en donde pensaban formar una familia y vivir felices.
La casa contaba con un amplio fondo con varios árboles frutales, entre ellos
Un inmenso naranjo que estaba próximo a la habitación que eligieron de alcoba.
Una noche ventosa oyeron como una rama arañaba en la ventana, no le
Dieron importancia y siguieron durmiendo. Al llegar la mañana Ernesto
Fue a podar la molesta rama, descubrió sorprendido que ninguna alcanzaba
A rozar la casa, y no había forma de que el viento que sopló esa noche moviera
El grueso tronco, no le comentó el extraño hecho a su esposa para no
Asustarla con algo que pensó no era importante.
Una terrible noche Silvia despertó en la madrugada y se sintió atraída hacia
La ventana, caminó y abrió las cortinas sin querer hacerlo, como controlada
Por una fuerza invisible que la obligó a mirar hacia el naranjo. La noche
Clara iluminó al horrendo árbol moviéndose y contorsionándose como
Si fuera algo blando y flexible, ramas con forma de mano arañaban el
Vidrio de la venta, se oía una voz ronca y profunda decir algo en un idioma
Extraño. Ernesto se levantó alarmado y vio aquella pesadillesca imagen;
Consiguió sacar de allí a su esposa antes de que las monstruosas manos
Rompieran el vidrio y se extendieran por la habitación tanteando todo a su
Paso.
Talaron varias veces el naranjo, pero este volvía a crecer con una increíble
Rapidez, terminaron desistiendo y abandonaron la casa, el naranjo aún hoy
Permanece verde y vivo.

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